Escribe Paco Mira
LAS PRIMERAS COMUNIONES Y DÓNDE
ESCUCHAR A DIOS
Estamos en plena vorágine de
las primeras comuniones. Es el mes de mayo, es el mes de las flores, es el mes
de visitas papales a lugares de peregrinación, es el mes de la primavera…. Y
los niños, dicen, desean, anhelan… recibir a Jesús. O eso dicen. Es el mes de
los nervios, de ensayos, reuniones, de preparaciones, compra de vestidos,
reserva de lugares de celebración, etc.…
A veces me
pregunto, ¿para qué?. Quizás todos los años hacemos la misma reflexión del cómo
y del por qué de un sacramento que por el momento no ha caído como otros.
Todavía las primeras comuniones siguen siendo un momento de encuentro familiar,
un encuentro donde a veces florece la nostalgia de cuando uno estaba en el
lugar de las criaturas que ahora son los protagonistas de la fiesta.
Pero claro, cuando
uno asiste a este tipo de celebraciones y oigo a los presbíteros decir que “hoy
Jesús viene a ustedes y por eso están tan guapos”; cuando veo en este tipo
de celebraciones donde los templos se ponen hasta las columnas de gente; donde
este tipo de celebraciones las conversaciones en voz alta en la Iglesia no
dejan ni oír lo que el cura quiere transmitir; donde este tipo de celebraciones
incluso se puede wasapear o hablar descaradamente por el móvil; donde
probablemente este tipo de celebraciones sean las ultimas para muchos de los
chiquillos y de los acompañantes… cuando todo eso pasa, me pregunto, ¿dónde, en
este tipo de celebraciones, puedo escuchar a Dios?.
Cuando esto sucede
veo en un artículo de las redes sociales, que en Salamanca hay un encuentro de
Éffeta. Un encuentro donde existe la posibilidad de encontrarse con Dios.
Plantea seis pasos que me parecen interesantes: en la acogida a los sin techo,
en los que están solos en la vida, en los enfermos y en los que han perdido a
alguien y están de duelo, en la familia, en la contemplación y en la fiesta.
¡Qué buenos esos
pasos!. Y me pregunto, ¿por qué en las primeras comuniones no puedo escuchar a
Dios?. Probablemente alguno me dirá que sí. Que también se puede escuchar a
Dios, sin embargo creo que los seis pasos que proponen en Salamanca, son seis
realidades que en la vida del ser humano cada vez – algunos por desgracia – se
dan con mayor frecuencia. Pero también se da en la familia y en la fiesta y las
primeras comuniones es encuentro familiar y encuentro de fiesta.
Creo que estamos
en una época en la que tenemos que tomarnos en serio lo que ofertamos. Hasta
ahora no había problema porque teníamos la seguridad de que no “se nos marchaba
nadie”; ahora eso no lo tenemos tan claro, pero seguimos ofertando viejos
esquemas, para tiempos nuevos y gente nueva.
Creo que hay que
plantearse que las primeras comuniones sean una plataforma de compromiso de los
más pequeños con los sin techo de nuestras comunidades; creo que hay que
plantearse con los más pequeños de nuestra comunidad estrategias de
acercamiento a los que están solos, a los enfermos, a los que han perdido a
algún ser querido; nuestras primeras comuniones tienen que ser una posibilidad
de un encuentro personal y hasta familiar con el Dios que quiere acercarse a
nosotros y que nosotros tenemos que acogerle con un corazón sincero y generoso.
La familia tiene que ser el espacio donde debemos descubrir todos los valores
que nos llevan al Dios del amor, de la paz y de la convivencia. La familia es
la que tiene que conservar y preservar aquello que considera como importante.
Solo al final de
esto, podremos hacer fiesta. Fiesta porque la primera comunión no será la
última sino la primera de muchas. Felicidades a los de Salamanca por el
proyecto Ëffeta. Gracias por invitar a recorrer un camino para poder escuchar a
Dios y a los que invitamos a los que hacen la primera comunión y a sus familias.
Feliz Pascua.
Hasta la próxima
Paco Mira
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar.