miércoles, 15 de noviembre de 2017
DIARIO DE UN CURA
FRACASOS Y
ÁNIMOS
En la Iglesia estamos acostumbrados
a los fracasos, aunque todos evitamos pronunciar la palabra. Es una palabra
fea, la verdad. Estamos tan acostumbrados,
que damos por hecho que, por ejemplo, los chicos que se apuntan a la
confirmación se desapuntan de todo desde que el obispo venga y les imponga las
manos. De todos modos, tampoco Jesús
fue, humanamente hablando, un triunfador ni mucho menos. Estoy convencido de
que los que hemos optado por el anuncio del evangelio, aunque nos encontremos
con muchos tropiezos, nunca debemos desanimarnos. No estamos aquí para triunfar
ni para recibir aplausos. Estamos para
sembrar. Aunque los frutos no se vean. Aunque aparentemente se esté fracasando.
Pero bueno, tenemos la suerte de que
muchas veces la vida nos recuerda que nunca hemos de perder la esperanza. Todo
lo contrario. Aunque la realidad sea muy dura, más fuerte debe ser nuestra
fe.
El viernes próximo estoy invitado
a participar en una reunión en Las
Palmas por un tema relacionado con la inmigración y la pobreza. Me hacía
ilusión participar, pero prefería que,
al menos otras dos personas, especialmente jóvenes, me acompañaran en mi coche
y también pudieran vivir la misma experiencia.
Y como, normalmente, la gente es reacia a las reuniones, pensé: Para
conseguir que vayan dos, tendré que invitar al menos a seis personas. Y así lo
hice. Seis mensajes o llamadas esperando
seis disculpas: Que estoy preparando un
examen, que tengo algo de gripe, que si hubiera sido el jueves, que ya quedé,
que es el cumpleaños de mi amiga…
Pero no. Las sorpresas fueron llegando poco a poco.
Los seis invitados, diciendo que sí, que
contara con ellos. Y eso que ni sabían exactamente el tema de la reunión. Por eso hoy estoy escribiendo con tinta roja
de entusiasmo.
Carmelo, Gloria, Deisy, Óscar,
Verónica y Ana Cristina fueron respondiendo sin excusas: Todos encantados de
acompañarme a la reunión. Y los siete,
en un coche de cinco plazas. La esperanza es lo último que se pierde y no, no
está perdida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar.